Crónicas inevitables

Saturday, July 22, 2006

Andreas Zanetti, la magia del pianista


Pedro Díaz G.

Andreas Zanetti es un joven que a los 27 años asegura metafóricamente, con la pasión reflejada en el rostro: ``Un día el piano me estalló: me hizo pedazos la existencia''. Por eso, y por todo lo que su sensibilidad puede concebir, ofrece un recital que él mismo ha definido como Con-cierto de Navidad. Cien minutos de encanto, de ternura, de espíritu navideño.
"Qué significa el árbol, qué la corona; quién es Santa Clós, de dónde viene la espiritualidad de estos días?, ¿qué y por qué celebramos?
Andreas lo dirá.
"...Porque yo hablo en mis conciertos. Porque, este, en especial, es un recital que he querido ofrecer a la gente, a esa gente que todavía es capaz de comprar un rato de emociones; la que ama, la que siente, la que vive intensamente, como lo hago yo, como nosotros...''
Zanetti tiene amplia sonrisa; se duplica cuando observa de reojo a su compañera, Intza Iñarritu, a quien toma de la mano.
Los dedos del músico-orador, al piano, son como el amante perfecto.
--...Y es que en mi filosofía muy personal estoy consciente, y eso quiero transmitir, que nada puede lograrse sin el amor y sin la fe. Yo soy amante del piano. Es el instrumento ms divino que existe sobre el planeta: y, a pesar de ser un cuerpo inerte, a pesar de no sentir, es un símbolo de la música.
--Pero la música no está en el piano.
--...No. Está en el alma del ejecutante. Las notas brotan del alma y al alma llegan; el piano es ese puente indestructible.
Charlar con Andreas Zanetti puede ser una experiencia a mil kilómetros por hora; ansioso, inquieto, mueve las manos, sus ojos son como dos pequeñas esferas que quieren apoderarse del mundo a velocidad de vértigo. Escucharlo, en cambio, sentado al piano, ser una serena, agradable sensación.
--Un día, después de un concierto, se acercó a mí un tipo que seguía la doctrina budista, del Tibet. Un lama. Aquella vez al terminar se escuchó en la sala un suspiro profundo, al unísono. El se acercó a mí y me dijo qué increíble es tu música, es como música-terapia por los niveles de relajación que nos produces.
Sus manos, grandes, delgadas, de largos dedos, manos de pianista, poseen la seguridad, la certeza de que ``algún día lograré todos mis planes''.
--...Cuando escuché a Lupita Jones, la Miss Universo mexicana decir, en una entrevista, siempre estuve segura de ganar, me identifiqué. Así estoy yo: seguro de que llegar‚.
¿A dónde?
No es meta de Andreas, lo confiesa, editar innumerabes discos, hacer grandes conciertos. Lo suyo es la creación. Ese ejercicio que se realiza a solas con el talento y la sensibilidad como únicas armas, "por eso muchos me han querido encasillar como un pianista de new age. No. Es verdad que toco algunos temas de ese ritmo, pero también algunas gotitas, dos o tres, de música clásica. Y muchas cosas más.
Lo suyo es componer.
Y por eso sueña:
--Quisiera tener melodías que se llamasen PRI, PAN, PRD, Partido Verde, Contaminación, Ciudad caótica; Anarquía, Desintegración, Pobreza... Quisiera con el piano retratar al mundo, mi mundo, nuestro mundo.
La historia de Andreas Zanetti comenzó, acaso, cuando aquel viejo piano fue construido, el siglo pasado. Al transcurrir del tiempo, su madre, que nada nunca tuvo que ver con la música, como nunca nada tuvieron que ver sus familiares, quiso comprarlo para aprender, alguna tarde, a tocarlo. Nació Andreas en Hermosillo, Sonora, en 1970 y su infancia corrió paralela a los fantasmas que aquel piano contenía y que después de clases iba descubriendo inexorablemente. Vendría el tiempo del estudio, de los proyectos de vida. No fue como lo quería Andreas, abogado, no se ordenó como franciscano. No. Se transformó en músico y sus composiciones le llevaron a ganar el Festival México Lindo y Querido y a cantarle a la Virgen Morena. Un día, sentado frente a las teclas, el piano le cambió la existencia.
Por sus manos transitan el amor, la tristeza, el regocijo, las esperanzas, las ciudades hundidas en el lodo, los caminos jamás transitados, la desesperanza y la más intensa felicidad.
--Trato --dice, asegura, se convence-- de encontrar los canales del alma, el nivel de lo invisible. Tengo una necesidad de que la gente entienda que la Navidad no es comprar regalos y quiero expresar por medio del piano las alternativas del hombre para alcanzar la felicidad
--Soy músico. Eso soy --dice Zanetti mientras recorre las instalaciones de El Universal, y defiende su postura de una manera sencilla--: cuando era pequeño pensaba que los pianistas eran seres mágicos; crecí y me di cuenta de que no, que son tan reales como nosotros. Pero cuando crecí un poco más, me convencí: en verdad son seres mágicos.
Los pianistas, los compositores, los creadores de música son como personajes de otro mundo que escriben, que crean notas, acordes, melodías para este mundo.
Como Andreas.

1 Comments:

  • Hace falta comentar algo acerca de Zanetti. No lo puedo ubicar en los del montón porque no lo es. Vale deleitarse con sus interpretaciones, sean las de su voz o bien las del piano.

    By Blogger jhggego33, at 5:04 PM  

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