Crónicas inevitables

Saturday, June 03, 2006

Nancy, fuera de las pistas



Adriana Díaz y Pedro Díaz G.

Serena, sonriente, Nancy Contreras atiende. Revela, suave y rítmico el tono, dulzura en la mirada: "Con los reporteros me tiembla la voz. Me pongo con la mente en blanco y hasta me duele el estómago...".

Entonces así sea. Cero preguntas. Dejémosla con sus vivencias, sueños y temores. Que cuente, que nos diga cómo es. Nancy fuera de las pistas: "Desde niña soy callada. El día que hable mucho creo que mi esposo no me va a soportar. Pero vamos. Puedo empezar con que no leo mucho los periódicos. ¿Les parece? Está bien que estés enterado de las cosas malas y buenas que ocurren en el mundo, y ver que también hay cosas buenas, pero me gustaría leer en los diarios más triunfos deportivos, y menos violencia. Menos guerra. Me iría más por el deporte, porque la gente esté más enterada de los logros, y, eso sí, no sólo del futbol, sino de otras disciplinas, como la nuestra. Y sí, creo en un mundo ideal: uno sin guerras, sin la inútil muerte de inocentes y sin enfermedades, ah, porque también debe existir la medicina.

"A veces imagino un mundo sin protestantes ni manifestantes, ni personas que te rayen los carros, ni los del trapito rojo...

"Soy así. Sencilla.

"Cuando no estoy entrenando me dedico al quehacer de mi casa, que, créanmelo, cuesta mucho trabajo. Por eso de verdad admiro a las mujeres que son amas de casa, porque sí que es muy pesado.

"Lo que menos me gusta es planchar y lo que más es lavar los trastes. Y tienes que hacer de todo, aunque casi no sé cocinar, mejor dicho, no sé muchos platillos, pero me defiendo. El mejor platillo que me queda son las milanesas. Mi día... Mmmmm. Me levanto como a las 10, soy muy floja. Trato de dormir mínimo 10 horas y ahorita que no estamos corriendo, pues más. Voy al mandado, a hacer pagos de la casa, la luz, el teléfono, así, como cualquier ama de casa. "Me gusta lo que estoy viviendo. El hecho de que me llamen constantemente para hacerme reconocimientos; eso me gusta. Es como un reconocimiento a lo que has hecho, a los resultados y el que te reconozcan te motiva a seguir estrenando porque sabes que sí se dan cuenta de lo que estás haciendo.

"Veo que las mujeres tenemos muchas ganas, destacamos desde hace tiempo, venimos de atrás. Yo tengo 16 años en el deporte y pienso que gracias a la medalla que obtuvo Soraya Jiménez en la Olimpiada es lo que nos ayudó. Fue entonces cuando inició el mayor apoyo a las mujeres y gracias a esos apoyos, damos ahora mejores resultados.

"Las mujeres tenemos ganas y objetivos bien definidos, luchamos por ellos, eso nos levanta, hace que tratemos de estar donde estamos y más alto. Yo me siento satisfecha con lo logrado y sólo me falta la medalla olímpica. Hasta ahora creo que voy bien, en 2001 campeona del mundo, en 2002 subcampeona mundial, y tercer lugar en el Campeonato del Mundo, campeona centroamericana y panamericana; creo que vamos excelente.

"Por ahora estoy tratando de terminar este ciclo bien, me enfoco más a mis objetivos como deportista, después sí, claro que he pensado en ser madre, en formar una familia, tener niños. Esto sería posiblemente después de la Olimpiada, todo depende de cómo nos vaya.

"Cuando estoy fuera de las pistas hago cosas pendientes. He tenido más tiempo de estar con mis papás. Yo vivo en Toluca y ellos en Xochimilco, es mucho tiempo de recorrido, pero trato de verlos por lo menos una vez a la semana.

"Es un ambiente muy tranquilo, mi mamá, como buena madre, me apapacha, me da de comer... como me ve flaca, todo el día me tiene comiendo. El ambiente familiar es para mí muy importante, cada que puedo estar con ellos me siento a gusto, hay veces en las que no quisieras irte, pero tienes otras obligaciones.

"Mi familia me anima, me dice que le eche ganas, que me esforce, que luche por lo que quiero porque siempre estarán ahí, a mi lado. Y eso me reconforta porque piensas: `Ahorita estoy ganando y la gente está conmigo, pero el día que pierda, a los únicos a quienes voy a tener son a mi esposo y a mi familia. Y eso te da un alivio`.

"El perder me asusta porque la gente está al pendiente de ti y confía en lo que puedes hacer. A veces estás en las competencias y piensas: `Y si me va mal, imagínate, todos los niños que confían en mí y que les da gusto verme competir`... pero debes tratar de superarlo porque si pierdes no te vas a morir.

"No tengo muchos amigos, sé escuchar, el hecho de que no hable tanto les da confianza a los demás y cuando tienes algún problema ellos te apoyan y te escuchan. Trato de ayudar a los pocos amigos que tengo, porque para eso es la amistad.

"Sí. Llega un momento en el que la gente te conoce tanto que te empiezan a contar todos sus problemas. Te dicen gracias y se siente bien.

"No. No necesitas nada especial para ser mi amigo, sólo no ser hipócrita, sino más bien ganas de formar una amistad. He tenido decepciones en la amistad y me siento muy triste, porque personas en las que confías, te defraudan, te salen con cada cosa que dices: `Oye yo no te conocía así` y piensas: `Sabes qué, mejor la dejamos ahí. Mejor cada quien por su lado`.

"Es difícil que perdone a alguien. Soy a veces muy vengativa, y cuando se pierde la confianza es muy difícil volver a hacer amigos.

"Vengativa... ese es uno de mis defectos. Y que soy muy explosiva, soy rara, cuando me hacen enojar y me quedo con todo adentro, llega un momento en que saco lo que traigo y exploto.

"Admiro de la gente el hecho de que pase lo que pase luche por lo que quiere, en el deportista que tenga una mente triunfadora, que no sea conformista. No me gusta la gente que cuando va por ejemplo a los Panamericanos piensa que sólo va a pasear.

"Cuando sufro decepciones trato de refugiarme en mi familia. Casi siempre estoy sola, y por eso cuando paso un momento difícil quiero estar con personas que me pueden ayudar y sacar adelante: mi esposo o mi familia.

"El 31 de octubre cumplo 5 años de casada. Y nos llevamos muy bien, aunque a veces me resulta difícil porque él también es mi entrenador. Y conjuntar el entrenamiento con el matrimonio es difícil, a veces me hace enojar, llorar, vomitar y llegar a la casa como si nada hubiera pasado es difícil, pero hemos tratado de acoplarnos. Yo le agradezco el apoyo, el que siempre esté conmigo. Cuando tengo un entrenamiento pesado y sabe que llego cansada a la casa, me hace de comer y eso me aliviana; eso siempre lo agradeces.

"Admiro de él que es igual que yo, la única diferencia es que es muy hablador. Pero me hace reír mucho, nos llevamos bien. Me gusta que trata a todos por igual, él es buena persona. Me conquistó su sentido del humor.

"Me hace llorar un mal resultado, cuando te has preparado muy fuerte. Pero también la muerte de un amigo. Soy una mujer fuerte porque siempre he estado sola. El hecho de que tengas que dejar tu casa un mes estar entrenando te hace fuerte, muchas cosas te las tienes que tragar, te haces fuerte y dices: `No, no me van a hacer llorar tan fácil`.

"Fue difícil separarme de mi casa, de mi papá, aunque sabes que siempre estarán, los dejas por formar una familia y a veces estás todo el día sola. Yo disfruto el estar en mi casa, y cuando puedo estar con mi marido aprovechamos y nos quedamos, casi no salimos. Disfrutamos mucho la casa.

"¿Estuve bien? Ustedes le acomodan. Mejor, porque las preguntas y los reporteros hacen que me duela el estómago. Y así no."



Septiembre, 2003

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